SIAMESES ADMIRABLES

Esta semana he conocido la historia de Abby y Brittany. Es posible que tú también la hayas visto, pero no me resisto a compartirla. Abby y Brittany son hermanas, son de Minnesota y son profesoras de matemáticas. Lo curioso del caso es que Abby y Brittany son siamesas. Y no unas siamesas cualquiera. En su único cuerpo comparten dos juegos de pulmones, dos corazones, dos estómagos , desde luego, dos cerebros en dos cabezas tan diferentes como próximas.  Por lo demás, tienen un solo hígado, un solo intestino, un solo aparato reproductor y un solo destino, claro.

Abby y Brittany. Vía www.bbc.co.uk

Abby y Brittany. Vía http://www.bbc.co.uk

Leyendo la crónica citada descubro que se calcula que en todo el mundo no hay más de 12 parejas adultas de este tipo de hermanos. En casi todos los casos, estos seres humanos desarrollan una coordinación imprescindible que suele ayudarse de un núcleo cercano enormemente solidario que les echa una mano en su día a día. Pero hay cuestiones que, inevitablemente, tienen que hacer solos. Por pareja, más bien. Y ahí se dispara mi imaginación.

Resulta que Abby y Brittany son profesoras y dan clases de matemáticas. Y lo primero que pienso es ¿cuántos políticos españoles estarán pensando que esa es una posible solución para la educación española? Dos profesoras por el precio de una. Negocio redondo. Aunque también se puede ver en sentido inverso. Dos profesoras, dos sueldos y sólo pueden atender a un grupo. ¡Qué desperdicio!.

Ellas dicen que su compenetran estupenda mente y que mientras una imparte la lección la otra puede corregir ejercicios o mantener el orden o resolver dudas de los alumnos. ¡Qué filón! ¿Se lo imaginan aplicado a la sanidad? Una operando una vesícula y la otra una fístula. Me paro y pienso de nuevo. Menos mal que se han puesto de acuerdo en lo que quieren estudiar porque si una llega a apostar por la ingeniería de caminos y la otra por el periodismo, pongo por caso, la hubiésemos liado.

Abby y Brittany

Abby y Brittany

Discrepancias que, según confiesan Abby y Brittany, sí se dan en otros aspectos. La forma de vestir, por ejemplo. Abby prefiere colores fuertes y moda divertida mientras que Brittany es más clásica. Parece que Abby suele salir ganando porque es la más extrovertida de las dos. En cambio a Brittany le gusta más salir con los amigos mientras que Abby prefiere quedarse en casa. Ahí la negociación seguro que es durita. Y, volviendo al tema de su tarea profesional, Abby es de ciencias y Brittany de letras. Perfecta combinación para unas maestras.

De todas formas, algo tendrá la casualidad para que esta misma semana, ayer mismo, haya surgido otra noticia que me ha refrescado esta leída hace una semana. TrascriboUn preso de la Modelo se fuga al intercambiarse con un familiar de visita. Es evidente que Abby y Brittany, por muy compenetradas que estén, nunca hubiesen podido acometer una fuga de este tipo.  Pero, centrándonos en este caso de los hermanos paquistaníes de Barcelona, lo cierto es que se podría aplicar aquello de tanto monta monta tanto. Bueno, más bien no. Se ve que el que estaba dentro era más útil fuera del trullo. O tal vez el que estaba fuera, y ahora está dentro, se merecía una pasadita por la sombra y para ahorrarse el proceso, la familia decidió ensombrecerlo por la vía rápida y barata.

¡Cosas de hermanos! Está claro que los hay, habemos, para todos los gustos. Dice mi suegra que mi cuñado y su hermana, a la sazón, mi propia, no podían estar separados. Algo parecido me pasaba a mí con mi hermano. Aunque lo cierto es que en un caso y en el otro, pasábamos buena parte del tiempo peleándonos. Pero esa es otra historia, que diría el Moustache  de Irma la Dulce.

En realidad, todo esto viene a cuento de que siempre me ha llamado mucho la atención el tema de los hermanos siameses. Supongo que es algo bastante habitual. Cada vez que conozco un caso no puedo dejar de pensar que yo llevaría bastante mal esta situación. Soy, por definición, más bien solitario, independiente y poco sociable. Así que no sé cómo llevaría eso de tener que pactar todas y cada una de las cosas que hago en mi vida. Y no deja de sorprenderme que todos los afectados se muestren felices y comprensivos con su situación. Seguro que la inevitabilidad hace el resto. Pero me parece que son gente admirable.

Vaya por tanto mi reconocimiento, en este viernes propicio, para los siameses del mundo. Los que siguen unidos, los que han sido separados con éxito y viven con una cierta individualidad y para los que, desgraciadamente, se han quedado en el intento. Según los datos, la mayoría, desgraciadamente.

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