HUMANOS EN MARTE

 Más de 1.000 personas están dispuestas a salir pitando de este planeta, aunque para ello tengan que pagar. Y lo más curioso es que no todos son españoles. De hecho son gente de una treintena de países y al ritmo que se mueve la cosa, seguro que ya ha aumentado el número de voluntarios y el número de países de origen. Pero no por eso vamos a dejar de contarlo.

La verdad es que la cosa tiene miga así que me he puesto a investigar un poquito la cosa. Investigar, como investigamos las cosas los plumillas 2.0. Una manita en Google y otra en Twitter y a ver que pasa. Y lo que pasa es que esos datos se corresponden sólo a una de las tres misiones que, supuestamente se están preparando para mandar a gente al planeta rojo. Cuanto antes, mejor.

Ondiá, me digo. ¡Tres misiones nada menos! Va a ser que a lo mejor me estoy perdiendo algo. Lo de Explore Mars me parece un poco traído por los pelos. En realidad se trata más de un foro de debate para que el tema de la llegada al planeta rojo no vuelva a caer en el olvido. La NASA se fijo 2030 como un objetivo razonable y el tiempo pasa sin que parezca que se va a cumplir.

Para los que creen que Marte está muy lejos pero no quieren perder la ocasión de echarle un ojo y de comprobar, visualmente, como podría ser una colonia humana en el planeta hermano, pueden curiosear la web de Explore Mars Now. Desde luego, por detalles no será.

Precisamente estos días se cumplen los 12 años de la primera vez que un turista salió de la atmósfera y se convirtió en astronauta por unos días. Aquel tipo que en 2001 (no es broma lo de la fecha) vio colmado su anhelo de 44 años se llamaba Dennis Tito. Un multimillonario neoyorquino que ahora parece haberle cogido el gusto al tema a pesar de sus 73 añitos.

De hecho, Tito lleva dos o tres años patrocinando la idea de lanzar una misión privada para crear una base estable en Marte. Es lo que ha bautizado como Mars Foundation y que se asienta sobre Inspiration Mars, un proyecto para aprovechar el conocimiento adquirido y sacarle provecho. Bien, si le sobra la pasta, no hay objeciones. Lo que me choca un poco es que el tal Dennis Tito tiene la idea de irse a Marte en 2018, acompañado de una segunda persona. Un viaje de ida y vuelta que duraría unos 500 días (20 meses, para los que anden mal de mates), para estar de vuelta a finales de agosto de 2019.

Para el que no se lo haya parado a pensar, le hago notar que Tito celebraría, durante ese viaje, su 79 cumpleaños. No. Evidentemente no podría soplar las velas. Pero seguro que algo se le ocurriría al intrépido multimillonario. En todo caso, empiezo a pensar que algo falla en este asunto. Y sigo buscando y leyendo. Y me encuentro esta otra versión de la historia. Una versión, algo más lógica. Lo que busca Tito es una pareja que realice el viaje por él.

¡Acabáramos!, pienso. Ahora todo tiene lógica. Además, parece que ya hay unos voluntarios. Taber MacCallum (49 años) y Jane Poynter (50). Matrimonio en la vida real (sic) relacionado con el mundo de las naves espaciales y las misiones extraterrestres y que para el momento del viaje tendrían unos razonables 54 y 55 años respectivamente. Para que no quepan dudas, el propio Tito explica el porque “Cuando estás tan lejos y la tierra es un diminuto puntito azul, vas a necesitar a alguien que te puede abrazar”. Muy romántico y muy tierno. Ya solo falta que Taber y Jane celebren un aniversario redondo de bodas a bordo para que esta historia se convierta en un trasunto de Love Story en positivo.

Aunque si de referencias audiovisuales hablamos, la palma se la lleva nuestra tercera iniciativa. Recuerdo, para los despistados, que he hablado, desde el principio, de al menos tres iniciativas marcianas (con perdón). Así que no se de que te sorprendes. Al tema. La tercera se lleva la palma en lo que hace referencia a sus capacidades audiovisuales y al concepto marciano (con perdón).

Y eso que la impulsa todo un Premio Nobel de Física, el holandés Gerard’T Hooft.

Gerard'T Hooft. Vía Fundación BBVA

Gerard’T Hooft. Vía Fundación BBVA

Pero es que, en este proyecto, va de la mano de Bas Lansdorp (un emprendedor nato a la holandesa) y de la productora Endemol, creadora del formato Gran Hermano. ¿Ya te empiezan a encajar las piezas? Pues espera que esto no ha hecho más que empezar.

Bas Lansdorp. Vía Mars One

Bas Lansdorp. Vía Mars One

Resulta que este tercer proyecto se llama Mars One. Es el más completo o avanzado, aparentemente. Y es el que más revuelo está provocando en la red. Nada más lanzarlo, se encontraron con más de 10.000 solicitudes de voluntarios que estaban dispuestos a irse de este mundo. De este planeta, quiero decir. Y pagando, insisto. 10.000 personas que ya han empezado a inscribirse a razón de unas 120 al día. Unas 1.000 en la primera semana de listas abiertas. Pagando una cantidad que varía según el PIB del país de origen pero que a unos 20 ó 30 euros por barba supone ya entre 25.000 y 30.000 euros. No está mal.

El objetivo es superar las 24.000 inscripciones con los que los ingresos por este concepto podrían rondar el millón de euros. Pecata minuta si lo comparamos con los pasos siguientes. Habría, al menos, dos periodos de prueba sucesivos a los que tendrían que someterse los candidatos. Pruebas que serían seguidas por la población mundial… como si de un reality show se tratara. ¿Te va sonando? La audiencia sería la que seleccionaría a los “más capacitados” en votaciones sucesivas hasta llegar a un grupo final de entre 25 y 40 personas que serían las que viajarían a Marte. ¿Bonito eh?

Por si te has empezado a interesar, te dejo que veas el vídeo promocional de la propia Mars One.

 La verdad es que la colonia marciana tiene una pinta excelente. Y la verdad es que he estado tentado de apuntarme. Para 2023 tendré 52 años y al paso que vamos es posible que mi futuro laboral sea nefasto así que me parece que es una idea nada descabellada. Ya se que muchos, como yo, pensarán lo mismo. Pero, que le vamos a hacer. He estado tentado, decía, porque cuando he buscado la información para apuntarme me he encontrado con que resulta que el billete es sólo de ida. Has leído bien. Estos tíos se comprometen a llevarte y a mandarte comida para que sobrevivas. Comida y oxigeno, claro. Pero de volver, tururú.

Así están las cosas en este tema de las misiones privadas a Marte. Como entretenimiento, parece que dan la talla. Como realidad, me temo que tendremos que esperar a que la NASA, la ESA y otras agencias oficiales tengan la pasta suficiente y se lo tomen en serio. Y en lo que al programa de televisión se refiere, le auguro un éxito tremendo aunque yo no estoy dispuesto a verlo, como tampoco he visto el resto de realities precedentes.

Seguiré este tema, entre otras cosas, porque no me queda más remedio. Mis jefes me han encargo un reportaje y tengo que esforzarme para que quede bonito. Ya veremos. Peo no me quito una idea de la cabeza. Ya que el viaje es sólo de ida, por qué no nos ponemos de acuerdo para inscribir a unos cuantos que todos tenemos en mente y los mandamos a 250 días de distancia. Ya se, ya se que tendremos que esperar 10 años para cumplir nuestro deseo pero más vale tarde que nunca. Y, además, me empiezo a imaginar ese reality de selección y creo que ese sí que lo vería.

Tal vez no íbamos a arreglar mucho nuestra situación general. Pero ¡nos íbamos a reír!

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